El motor de un coche es algo único y excepcional, en mi vida profesional ligada a los coches de ocasión me he encontrado todo tipo de barbaridades, un tipo quería comprarse un Ferrari con el carné recién sacado y toda su obsesión era el equipo de sonido... un buen coche tiene que tener un buen equipo de sonido decía... mientras que yo pensaba !idiota! llevas el mejor equipo de sonido del mundo... con 620 CV de potencia.
Aunque parezca una anécdota más realmente no lo es, cada vez me encuentro a más gente con mucho dinero para gastar y aparentar, pero sin ningún tipo de amor por lo coches de alta cilindrada, mucho más preocupados por el que dirán del vecino de al lado o de lo que piense el amigo de la infancia que de disfrutar en una carretera con un V12 rugiendo tras de ti.
Desde aquí quiero poner en valor lo más importante de un coche deportivo, su motor, su sonido, siempre bronco y celestial... música llegada del cielo para quien sabe apreciarla, el subir de revoluciones que podemos notar cada vez que la abuja sube algo más las rpm.... como el coche vibra y te habla, si te habla, porque un buen motor no necesita de electrónica, de chivatos ni de avisos, el solo... con su rugido es capaz de contarte todo lo que necesitas saber... levanta o incluso aprieta el acelerador, no existe una sensación mejor en todo el mundo.
Y es que, yo siempre he querido conducir de oído... si de oído que es como mejor se conduce, con un cambio F1 al volante y un motor indicándome cuando debo subir revoluciones, cuando apretar y cuando frenar... y eso que no me gusta la velocidad, pero si me gustan las obras de arte, la magia con la que algunos coches han sido fabricados y pueden hacernos... alcanzar nuestros sueños.
A partir de ahora, aquí vamos a hablar de ese sonido, de esos coches y todo aquello que es capaz de hacernos vibrar y sentirnos únicos en el mundo, no importa si puedes comprarlos o de vez en cuando te acercas a conducirlos en algún circuito pagando un alquiler, no importa lo que ganes o que coche tengas, sol importa que seas capaz de apreciar como yo el sonido de un motor.
Aunque parezca una anécdota más realmente no lo es, cada vez me encuentro a más gente con mucho dinero para gastar y aparentar, pero sin ningún tipo de amor por lo coches de alta cilindrada, mucho más preocupados por el que dirán del vecino de al lado o de lo que piense el amigo de la infancia que de disfrutar en una carretera con un V12 rugiendo tras de ti.
Desde aquí quiero poner en valor lo más importante de un coche deportivo, su motor, su sonido, siempre bronco y celestial... música llegada del cielo para quien sabe apreciarla, el subir de revoluciones que podemos notar cada vez que la abuja sube algo más las rpm.... como el coche vibra y te habla, si te habla, porque un buen motor no necesita de electrónica, de chivatos ni de avisos, el solo... con su rugido es capaz de contarte todo lo que necesitas saber... levanta o incluso aprieta el acelerador, no existe una sensación mejor en todo el mundo.
Y es que, yo siempre he querido conducir de oído... si de oído que es como mejor se conduce, con un cambio F1 al volante y un motor indicándome cuando debo subir revoluciones, cuando apretar y cuando frenar... y eso que no me gusta la velocidad, pero si me gustan las obras de arte, la magia con la que algunos coches han sido fabricados y pueden hacernos... alcanzar nuestros sueños.
A partir de ahora, aquí vamos a hablar de ese sonido, de esos coches y todo aquello que es capaz de hacernos vibrar y sentirnos únicos en el mundo, no importa si puedes comprarlos o de vez en cuando te acercas a conducirlos en algún circuito pagando un alquiler, no importa lo que ganes o que coche tengas, sol importa que seas capaz de apreciar como yo el sonido de un motor.
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